El encierro al que nos estamos viendo sometidos es una gran prueba para la mente y sus emociones. Pero también, un gran momento para analizar algunas cosas.
¿Cómo lo estáis llevando? Puede que estés teniendo más tiempo que nunca para estar en familia o incluso que tengas menos que antes. Lo sé, teletrabajar en casa no es tan sencillo como parece. Además, estoy segura que andáis con cierta preocupación.
Día a día batallamos con tareas y responsabilidades que nos generan mucho "ruido mental". ¿Te has parado a escuchar todo ese ruido? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué pasa cuando tienes la mente demasiado llena?
Cierra los ojos. Imagínate caminando por la calle, en el transporte público o conduciendo, un día cualquiera, de camino al trabajo. ¿Cómo estás? ¿Cuántos "tengo que" y "debería" llevas en la cabeza? ¿Observa a tu alrededor, qué pasa con el paisaje?
Probablemente me responderás que no existe nada a tu alrededor y que solo has estado pendiente del "ruido mental".
El estrés y la multitarea están muy reforzados socialmente, y estos crean un ruido mental ensordecedor en muchos momentos, pero debemos saber que también tiene sus costes:
Hace unos años, a mí también me pasó. Hubo un tiempo en el que ni siquiera podía recordar cómo había llegado al trabajo. Había estado tan absorta en mis pensamientos, preocupaciones, miedos, quehaceres, futuros y pasados que era como si me hubiese teletransportado de lugar en lugar y de día en día. Decidí que mi vida no podía pasarse así en "piloto automático" todo el tiempo porque, así, era menos vida.
¿Cómo lo estáis llevando? Puede que estés teniendo más tiempo que nunca para estar en familia o incluso que tengas menos que antes. Lo sé, teletrabajar en casa no es tan sencillo como parece. Además, estoy segura que andáis con cierta preocupación.
Día a día batallamos con tareas y responsabilidades que nos generan mucho "ruido mental". ¿Te has parado a escuchar todo ese ruido? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué pasa cuando tienes la mente demasiado llena?
Cierra los ojos. Imagínate caminando por la calle, en el transporte público o conduciendo, un día cualquiera, de camino al trabajo. ¿Cómo estás? ¿Cuántos "tengo que" y "debería" llevas en la cabeza? ¿Observa a tu alrededor, qué pasa con el paisaje?
Probablemente me responderás que no existe nada a tu alrededor y que solo has estado pendiente del "ruido mental".
El estrés y la multitarea están muy reforzados socialmente, y estos crean un ruido mental ensordecedor en muchos momentos, pero debemos saber que también tiene sus costes:
+ Problemas musculares, muchas contracturas
+ Nivel psicológico, mucho estrés que afecta al día a día
+ Grandes dificultades para concentrarnos, nos cuesta tomar decisiones, nos volvemos rígidos…
+ Conductas impulsivas y malos hábitos: Nos metemos a realizar actividades que realmente no nos llevan a un bienestar sino a un malestar (echar más horas en el trabajo, dormir mal, mala alimentación)
Todo esto, un día tras otro crea una forma de vida que nos perjudica. Nos volvemos cada vez más rígidos, por lo que necesitamos controlarlo todo. Los imprevistos nos generan ansiedad y perdemos la espontaneidad. Cuando estamos tan agobiados no podemos simplemente, estar.
Hace unos años, a mí también me pasó. Hubo un tiempo en el que ni siquiera podía recordar cómo había llegado al trabajo. Había estado tan absorta en mis pensamientos, preocupaciones, miedos, quehaceres, futuros y pasados que era como si me hubiese teletransportado de lugar en lugar y de día en día. Decidí que mi vida no podía pasarse así en "piloto automático" todo el tiempo porque, así, era menos vida.
Necesitaba de una mente presente, que me llevara de nuevo a prestar atención a todo lo que me rodeaba, y solo así, estaría viviendo. Es poco a poco cuando vuelve a existir el exterior, y puedes ver el paisaje, sentir el calor o el frío, los olores, las sensaciones de los demás, la energía…
¿En qué medida, podría ser positivo tener en nuestra vida más espacios de silencio?, ¿cómo afectaría a nuestras relaciones? ¿en relación al estrés?
Es importante dejar espacios de silencio para conectar y desconectar. Para ello, el Mindfulness es la herramienta más efectiva para terminar con el “piloto automático”.
Al igual que un deportista de élite necesita entrenar cada día para obtener buenos resultados, todos debemos de entrenar cada día nuestra mente para encontrar la felicidad que ansiamos. La felicidad no se encuentra en esto o en aquello, en un lugar o en un tiempo. La felicidad es un estado, fruto de una mente tranquila y calmada.
Vivimos en una época con demasiadas prisas y demasiados quehaceres diarios, pero además nuestra mente va a cien por hora pensando en lo que no hicimos o lo que deberíamos hacer. Para poder dejar de cultivar todo este tipo de pensamientos que nublan nuestra cabeza y cuidar un poco de nuestra mente, tenemos una herramienta: la meditación.
Es importante dejar espacios de silencio para conectar y desconectar. Para ello, el Mindfulness es la herramienta más efectiva para terminar con el “piloto automático”.
Al igual que un deportista de élite necesita entrenar cada día para obtener buenos resultados, todos debemos de entrenar cada día nuestra mente para encontrar la felicidad que ansiamos. La felicidad no se encuentra en esto o en aquello, en un lugar o en un tiempo. La felicidad es un estado, fruto de una mente tranquila y calmada.
Vivimos en una época con demasiadas prisas y demasiados quehaceres diarios, pero además nuestra mente va a cien por hora pensando en lo que no hicimos o lo que deberíamos hacer. Para poder dejar de cultivar todo este tipo de pensamientos que nublan nuestra cabeza y cuidar un poco de nuestra mente, tenemos una herramienta: la meditación.
Es a través de la práctica diaria, de tan solo de 10 minutos, que podemos empezar a entrenar nuestra mente a estar presente y consciente. Consciencia plena en el ahora.
Mindfulness no consiste en
dejar la mente en blanco, ni en borrar los pensamientos negativos para siempre. Pero
sí consiste en ser conscientes de que los tenemos. Consiste en tener tiempo
para observarlos desde fuera, como un espectador que no los juzga. Simplemente
sabe que están, pero no se enraíza en ellos. De esta manera, podemos entender
qué es realmente lo que nos sucede y se irán diluyendo más fácilmente por sí
solos.
La práctica
continuada crea un hábito y estaremos ejercitados para usar esta habilidad, que
irá creciendo, en diferentes momentos. Así, a la hora de responder ante determinadas situaciones, encontraremos un intervalo de tiempo en el que podremos pensar antes de reaccionar de manera
automática y poder así comunicar y comunicarnos mejor.
¿Te gustaría crear un espacio para ti y comenzar a probarlo? ¿Qué te
gustaría conseguir y para qué crees que te podría venir bien la práctica del Mindfulness?
Conéctate de nuevo contig@ mismo y dime que has sentido. ¿Cómo estaba tu clima mental? ¿Qué sentías en el cuerpo? ¿Lograste concentrarte?
¡Un abrazo cibergrande!
Hace poco fuimos a un Curso Mindfulness y realmente es saludable y sano para nosotros y cada uno. Aveces las cosas de la vida diaria nos apartan de lo que realmente nos deberia hacer feliz en este mundo.
ResponderEliminar